miércoles, 23 de septiembre de 2009

¿Por qué no?



Nos conocimos por casualidad... o por causalidad, quién lo sabe 

Empezó como un juego, te hacías el lindo, yo, la linda. Ambos nos hacíamos desear, tirábamos la piedra, esa mirada, y disimulabamos.

Aquella tarde, cerveza de por medio, pasamos de las miradas sugestivas a los roces, como sin querer. Era exitante ver tu mirada, saber tu deseo, imaginar tu cuerpo, tus caricias, tus besos.

Recuerdo claramente tu pregunta, era una provocación, una invitación y un tentador reto... ¿por qué no? Esa mirada me lo dijo todo.

Recuerdo el maremoto en mi estómago, fuiste hábil, tiraste la pregunta y te fuiste, me dejaste con la duda...

Poco tiempo después decidimos probar, tu piel y la mía, juntos. Jamás, pero jamás me imaginé que esa noche me ibas a dar tanto placer.

Juro que llegué a pensar que no había un milímetro de mi cuerpo que no hubiera gozado bajo tus besos, tus caricias, tu destreza de amante que sabe bien lo que quiere, como un cazador que guia a  la presa a ese lugar, ese momento... ese casador que consigue lo que quiere.

Mi querido cazador, esta presa que se ofrese ante vos, que desea ser cazada una vez más, te dice esta noche ¿por qué no?

No hay comentarios: